
Después de más de 46 años de atención a su fiel clientela, uno de los bares más antigüos de Vilagarcía cierra sus puertas este domingo.
El cierre se debe a las inminentes obras que se van a acometer en el inmueble donde está situado y que pertenece a sus propietarios.
Con el Bar Mariño desaparece uno de los locales más visitados por todos los marineros y militares que pasaron por la antigüa Comandancia de marina y también desaparecen sus inmejorables y suculentos bocadillos, sus múltiples colecciones y las tardes calurosas de agosto bajo su frondosa parra.
Para todos los que quierán visitar aún este clásico, permanecerá durante unos días en las páginas de Turvilagarcía.
Hasta simpre.